Un chico de uniforme azul.
Sólo un chico al que le hicieron creer que “la Patria lo llama”, que “la Patria lo necesita”, que en nombre Del Orden, patrullará las calles haciendo justicia, “haciendo grande a la Nación”…
Le dieron un arreglado y prolijo uniforme, le agregaron algunos accesorios para que porte una varita mágica que –más útil que la de Harry Potter- le da EL PODER; un arma que lo hace más fuerte que cualquier otro cowboy de la ciudad, y claro, un par de esposas que lograrán maniatar a cualquier insurrecto que atente contra el orden…
Además, le mostraron los encantos de “pertenecer”, de estar junto a otro montón de azules que creen en el “amor a la patria” y en “el deber”, y en el rango distintivo que saben poseer. Les explicaron que hay “códigos”, y que estos “códigos” no se rompen. A un azul no se lo traiciona, no se lo “buchonea”, no se lo deja solo…
Los educaron, y les hicieron padecer el espíritu de la disciplina y el orden en carne propia, y al unísono grito de “Sí, Sr.” “Sí Sra” responder con pretendida rectitud. Les mostraron que la “vida afuera es difícil, pero que sólo estos héroes de azul podrán contra los malos”…
Además les advirtieron que la batalla no será fácil, que también contra los de uniforme y escritorio van a tener que luchar, porque muchas veces van a poner trabas a la “realización de la justicia”.
Muchas veces estos “defensores de delincuentes” se esforzarán en hacerlos ver mal, en transformarlos en los “malos de la película”, olvidándose que ellos todo lo hacen por la Patria…
Éstos, que nada entienden de la calle, muy cómodos en sus lujosas oficinas, juzgan livianamente a los azules, cuando en realidad son estos titanes quienes pusieron en riesgo sus vidas en la guerra del asfalto; se atreven a juzgarlos con el dedo inquisidor diciendo que “el procedimiento fue nulo”, que “violaron derechos a un imputado”, que “plantaron pruebas”, que “hubo maltrato policial”... Qué falacias!!! Qué atrevidos!!!! Qué garantistas traidores a la patria!!!
“Pero qué fácil es para ellos! Se olvidan que La Patria nos llamó?! Se olvidan que sólo estamos para defender a la sociedad? Qué si no los frenamos, nos matan? Qué acá falta orden??!!!!”…
Contando con el más manifiesto apoyo de políticos que hacen de estos argumentos, pomposos y marketineros eslogan de campaña.
Lo que al pobre chico de azul, esperanzado en cambiar algo, y probablemente comprometido desde sus entrañas con el “llamado de la patria”, no le advirtieron es que eso no nos hará grandes.
La intolerancia con la que se despliegan los azules en la calle, el desprecio por “el otro” y por las normas, no disminuye la inseguridad, sino que la genera.
El camino del abuso policial es el que nos trajo a donde estamos hoy. Ciudades “inseguras” porque quienes el Estado envió a “proteger” generan pánico y terror. Azules que pintan todo de negro…
Abusos, maltratos, ilegalidades, corrupción, mentiras, torturas, muertes…y siempre un azul detrás.
El miedo sembrado desde el Estado…
Tanto es así, que también hay azules que amedrentan a los pocos, muy pocos, azules que resisten en las trincheras. La guerra de unos contra otros.
También la lucha de unos azules contra otros por saber quién manda a quién. Y a veces se topan con algunos, que no tan azules, también quieren participar del juego. Es que el premio ha seducido a muchos: el dominio de las calles, de negocios varios como la droga, el juego y la prostitución, porque –claro- si bien éstas son actividades ilícitas cuando encontramos a un pibe de barrio metido en el medio, para ellos es un lucro altamente redituable… en fin, la lucha por el poder.
Una lucha que se libra muchas veces, disimulando la escena: de repente aparece un ajuste de cuentas entre bandas, o un dudoso enfrentamiento con la policía que deja como saldo algún muerto de escasa importancia, y otras veces el escenario no pretende esconder mucho: una descarada manifestación de la brutalidad y violencia policial a plena luz del día, propias de la mafia italiana pero que ni Vito Corleone se hubiese atrevido a emprender. Las víctimas son de lo más variadas: desde pibes de las villas, hasta altos mandatarios políticos…nadie se salva de ser objeto de la vendetta azul.
Pero todo esto, a ese chico que estrena el uniforme azul no se lo contaron.
Y sin saber realmente de qué se trata esto, sale a la calle. Sale con sed de “hacer justicia”, de “terminar con los malos”, tiene en la cabeza la fantasía de alguna película de acción…
Así emprende el camino, para ir desencantándose poco a poco… Lo penoso de todo esto es que en el desencanto llegará el acostumbramiento, después la aceptación de la mano del conformismo. Y ese chico, que por el supuesto llamado de la Patria se vistió de azul, se irá volviendo gris, y después, cada vez más negro. Tan negro, que irá tiñendo de la más lúgubre oscuridad el destino de muchos pibes que se toparán en su camino… de cientos y cientos de víctimas de la más repudiable “maldita policía”.
Se terminará creyendo el cuento.
Se terminará contagiando de los azules sucios…y sino, desde ahora, debemos hacerle saber –porque eso no se lo dicen tampoco- que la resistencia no será fácil, porque los “códigos” no se rompen… pero bien vale la pena que lo hagan!!!
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