CRITICA PENAL


Bienvenid@s al primer programa de radio para pensar y discutir el sistema penal.

Producido por docentes universitarios, alumnos y periodistas, pretende ser un espacio abierto a la participación colectiva.

Todos los Jueves de 21 a 23hs, por FM 88.7 de la Azotea, Mar del Plata, Argentina
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martes, 8 de noviembre de 2011

Editorial 19º Programa, 2/11/11


El pesimismo de la razón muchas veces cede ante el optimismo de la voluntad, y cuando esa creencia optimista se consolida posibilita y da fuerzas para seguir el camino emprendido. En ese sentido, nos arriesgamos a ser optimistas y decir que vivimos en una etapa donde las cosas parecen empezar a cambiar para bien, toda vez que como Sociedad nos permitimos y, muchas veces, obligamos a, discutir cuestiones que hace 10 o 15 años, parecían imposibles de ser modificadas.
Así, la lucha de las organizaciones sociales y políticas que, en una muestra de debate y acción democrático y propositivo, dieron vida a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito logró visibilizar el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo, y por primera vez en la historia el parlamento argentino comenzó a debatir el tema del Aborto. Hoy, la moral que se pretende imponer a las mujeres, debe retroceder ante lo que de tan evidente muchas veces se pasa por alto: Este cuerpo es mío, yo decido.
Desde el primer día de Crítica Penal intentamos derribar los prejuicios, miedos y argumentos que sustentan el ejercicio del Poder Punitivo, por que la Historia ha mostrado a lo largo de su devenir cómo el miedo, el temor a lo desconocido, al “otro diferente”, ha sido utilizado por los sistemas políticos como elemento disciplinador, legitimador de las peores prácticas represivas. Y ha demostrado, también, que esas prácticas represivas se orientan y concentran en los sectores más vulnerables de cada Sociedad, en aquellos que menores posibilidades de defenderse poseen. El poder de castigar alcanza, así y no casualmente, a quienes mayor vulnerabilidad e indefensión presentan en el orden económico y cultural.
Por esto, conviene remarcar, para desnudar y rebatir, ciertas formas argumentales que utiliza el prohibicionismo ante la carencia de motivos racionales y válidos para su condena al aborto, así como a otras prácticas sociales que ponen en tela de juicio los intereses y valores instituidos. Un primer tipo de argumento es aquel que estigmatiza a quien plantea una visión diferente, cerrando cualquier posibilidad de intercambio: “La mujer que aborta es una asesina”, “Vos hablás así porque sos un drogón”. Ante tal calificación, poco puede quedar para la discusión, ergo, no hay ni qué discutir. O la apelación al emotivismo: “Matan al ser más indefenso e inocente”.
El prohibicionismo también utiliza el argumento de la repetición: “Si se elimina la prohibición de X (aborto, drogas, divorcio), todas las personas van a hacer X”. En este tipo de afirmaciones subyace una asignación de función general negativa al castigo, que ve a la pena como un mecanismo de intimidación para motivar a los ciudadanos a no lesionar bienes jurídicos penalmente protegido. Argumente irreal: está claro que la pena no disuade, las mujeres siguen interrumpiendo voluntariamente su embarazo a pesar de la amenaza de condena.
A casi 30 años de la recuperación del orden constitucional, consolidados y firmes en la subjetividad de la mayoría indiscutible de nuestro Pueblo los valores democráticos, llega la hora de demoler las formas paternalistas y prohibicionistas.
El prohibicionismo sólo ha generado que el Estado mire para otro lado, desentendiéndose de su deber de garantía de la salud y los derechos individuales. Las mujeres siguen abortando: las pobres mueren por los abortos clandestinos realizados en condiciones de insalubridad, quienes tienen la posibilidad de pagar importantes sumas de dinero, tienen garantizada la atención en los consultorios de quienes se benefician con la ilegalidad.
Por esto, porque no queremos seguir mirando para el costado y porque creemos que la construcción de una sociedad libre, justa y solidaria requiere la presencia activa y comprometida de los distintos niveles del Estado para defender a quienes menos defensas tienen, nos alegra el comienzo del debate parlamentario de la ley sobre Aborto, así como la reforma a la Ley de Drogas. Por eso decíamos al principio que queremos ser optimistas: porque cada vez más se discuten e implementan soluciones más humanas y justas; porque el miedo no nos impide avanzar en la puesta en discusión de los problemas que, aún hoy, no tienen solución.




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