CRITICA PENAL


Bienvenid@s al primer programa de radio para pensar y discutir el sistema penal.

Producido por docentes universitarios, alumnos y periodistas, pretende ser un espacio abierto a la participación colectiva.

Todos los Jueves de 21 a 23hs, por FM 88.7 de la Azotea, Mar del Plata, Argentina
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jueves, 6 de septiembre de 2012

Editorial 12º Programa


Almafuerte es el seudónimo de Pedro Bonifacio Palacios, maestro y poeta argentino.
Almafuerte es también una banda argentina de heavy metal creada a comienzos de 1995 por el bajista Ricardo Iorio, poco tiempo después de la disolución de Hermética en diciembre de 1994. Su nombre es un homenaje al poeta argentino Pedro Bonifacio Palacios.

Almafuerte es también una ciudad del Centro Sur de Córdoba y un municipio de Misiones.
Pero además, Almafuerte es el nombre de un Instituto de Máxima Seguridad de Menores, ubicado en La Plata, provincia de Buenos Aires. 
Es una institución con una historia plagada de denuncias de torturas y abusos, de clausuras e intervenciones. Pero es una institución que perdura, porque su fracaso es su mayor éxito.

Almafuerte se llama también el documental que relata la vida de los jóvenes encerrados en el Instituto Almafuerte
La película se concretó luego que tres realizadores audiovisuales pensaran en una novedosa iniciativa pedagógica desembarcando con un taller de cine y video en el Instituto Penal de Menores. Los directores del film dijeron en una nota sobre la película: “El taller de video y cine documental se repetía una vez cada quince días o una vez por mes y se inscribía dentro de esas prácticas. Desde las 9 y hasta las 16, los chicos compartían con nosotros y, al mismo tiempo, con otros compañeros. Al generarse un espacio pedagógico y didáctico, ahí donde comienza a primar más el diálogo, la palabra empieza a restarle espacio a la violencia. Promediando la tarde, comenzamos a ver que si bien no se olvidaban de la situación de encierro porque la hacen carne, había un relajo, un espacio para otras palabras y prácticas de compañerismo. También había un fetiche con la cámara que generaba como una suerte de microclima.. A pesar de todos los prejuicios que llevábamos a cuesta, nos dimos cuenta que terminamos trabajando conceptualmente lo que se llama “reducción de daño”, porque ellos iban a seguir allí; nosotros nos íbamos pero ellos volvían a la celda. Mitigábamos la situación un par de horas al mes.”
El lunes 3 de septiembre de 2012, el Defensor Oficial  de Jóvenes Julian Axat recibió un parte policial en la Defensoría a su cargo donde se le informaba que el personal de minoridad del Instituto Almafuerte, el domingo 2 de septiembre por la noche, había radicado una denuncia por considerarse víctima de lesiones, ocasionadas con motivo de una supuesta reyerta con adolescentes alojados en la mencionada Institución. La denuncia refería que los jóvenes “no resultaron lesionados”. 

Ante el confuso relato que contenía el documento oficial, dado que reconocía el empleo de la fuerza contra los jóvenes alojados, por medio de escudos y otros elementos ofensivos, Axat se constituyó en el Instituto Almafuerte, a los fines de constatar la situación y conversar con los jóvenes implicados dentro de sus celdas.

Axat, ingresó a la celda individual del sector de aislamiento a conversar con el joven XX.El mismo le relató que se encontraban en recreación, lugar donde había varios jóvenes. Que en un momento le solicitan una pertenencia a uno de los asistentes de Minoridad, el mismo se enoja y los amenaza desde el otro lado de los barrotes. Que comienza una discusión entre el resto de los asistentes y los jóvenes, y ello produce el ingreso de catorce asistentes de Minoridad con secadores de piso, matafuegos y escudos. Que lo tomaron entre varios para inmovilizarlo, lo insultaron y golpearon en el suelo, por la espalda y la cabeza, durante un lapso que no puede describir porque no lo recuerda. Que lo arrojaron dentro de la celda de aislamiento todo golpeado, y le quitaron el colchón. Que no tuvo asistencia médica hasta el día de hoy, y se encuentra castigado. Al exhibir la espalda, el Defensor Oficial observó cantidad de moretones, equimosis, y marcas oscuras. Que también sufrieron las mismas lesiones y golpes otros cuatro jóvenes que allí estaban aislados y que formularon idéntico relato sobre la secuencia fáctica.
Uno de los jóvenes, que posee golpes en la nuca, que dijo haber recibido golpes con un matafuego y un palo de secar, le dijo a Axat que “si nadie hace algo y lo mantienen engomado con castigo, se va a ahorcar con una sabana”.
El inicio del documental Almafuerte contiene una referencia a Poemas de batalla, el texto de Paco Urondo fechado en la cárcel de Villa Devoto en abril de 1973: "Del otro lado de la reja está la realidad, de este lado de la reja también está la realidad; la única irreal es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien si pertenece al mundo de los vivos, al mundo de los muertos, al mundo de las fantasías o al mundo de la vigilia, al de la explotación o de la producción. Los sueños, sueños son; los recuerdos, aquel cuerpo, ese vaso de vino, el amor. Aunque parezca a veces una mentira, la única mentira no es siquiera la traición, es simplemente una reja que no pertenece a la realidad”.
Por alguna paradoja del destino, para una gran franja social de jóvenes bonaerenses, Almafuerte no es el nombre de un poeta cuyos textos hayan leído, ni de una banda de rock cuyos temas hayan cantado ni de ciudades lejanas cuyas latitudes hayan recorrido. Para ellos Almafuerte es “EL ALMAFUERTE”: son los muros de la exclusión, la escenografía de la violencia, la presencia del encierro.

Alguna vez, el recordado Fabian Polosecki dijo: “Algo peor que no tener ninguna historia que contar es haber oído demasiadas historias y no poder olvidarlas”.

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