Editorial del ultimo programa.

Hicimos este programa para quienes no pueden escucharnos. Los privados de libertad: jóvenes encerrados en institutos, que cuando comienza Critica Penal ya están aislados del mundo, a oscuras en frías celdas, donde sólo se escuchan las voces del silencio; mujeres detenidas que despiertan por la noche queriendo cambiar las pesadillas de sus niños institucionalizados por sueños de libertad.
Hicimos este programa para quienes no pueden leernos, quiénes no pudieron leer la reproducción de las entrevistas principales en el diario El Atlántico, quiénes no pudieron leer las ideas que en esos discursos se defendían. Los que no pudieron leernos, porque no saben leer o no tienen recursos para acceder al periódico. Pero también hicimos este programa para los oscuros funcionarios que leen las entrevistas y se llenan de ira al encontrar un discurso contrahegemónico que los cuestiona, que los expone, que los denuncia.
Hicimos este programa para los jóvenes estudiantes de Derecho, porque en ellos reside la posibilidad de cambiar el mundo, un caso a la vez. Pero también hicimos este programa para todos los estudiantes, de escuelas o universidades. Dice Eduardo Galeano que “la ciudadanía estudiantil es la que custodia el fuego sagrado de la esperanza de los pueblos, y la guardan con su arrojo, con su temeridad, con su inviolable capacidad de soñar. Hay que escuchar a los estudiantes, aguzar el oído, mirarlos a los ojos y leer lo que nos dicen con sus actos, pero sobre todo con el deseo encendido de su mirada. Cuando el resto claudica y se recoge en la madriguera cómoda de la conveniencia, los estudiantes se alzan. Cuando el resto piensa hoy no, mañana quizás, los estudiantes dicen: ahora. Cuando el resto se acostumbra a lo que hay, los estudiantes nos muestran el sendero luminoso del porvenir”.-
Hicimos este programa para las víctimas. Para las víctimas de los crímenes mas horrendos cometidos desde el Estado, aportando herramientas que permitan derribar la impunidad y reconstruir los puentes que unen la memoria y la verdad con la justicia. Para las víctimas de delitos comunes, proponiendo un recorrido por los complejos laberintos del sistema penal, explicando su funcionamiento, brindando un mínimo asesoramiento, pero lo hicimos evitando manipular su dolor, rechazando la utilización de su sufrimiento para apoyar el discurso del populismo punitivo .-
Hicimos este programa contra los atajos de la mano dura, que utiliza selectivamente el poder punitivo del Estado, pero propone mano blanda contra los abusos de poder, los delitos de guante blanco y los crímenes protegidos por las estructuras estatales. Hicimos este programa contra la demagogia de la tolerancia cero, que se reproduce en los discursos de políticos y medios masivos de comunicación, ocultando que en realidad propone una intolerancia selectiva.
Hicimos este programa para nosotros, los propios integrantes de Critica Penal, para revisarnos como personas, para indagar sobre nuestros miedos mas profundos, para revalorizar nuestros sueños mas preciados, para mirarnos como integrantes de una sociedad que cada día excluye más a los diferentes, que cada día persigue más a los excluídos, que cada día tortura más a los perseguidos.
Hicimos este programa para los nadies, los dueños de nada. Los que que no hablan idiomas, sino dialectos. Los que no son seres humanos, sino recursos humanos. Los que no tienen nombre, sino número. Los que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Hicimos este programa para los que cuestan menos que la bala que los mata.
Para todos ellos, por una sociedad mas justa, menos violenta, mas igualitaria, menos represiva, más tolerante, menos discriminatoria, por una sociedad que merezca ser vivida, por una prisión sin muros, una policía sin gatillo y una justicia sin venda.