CRITICA PENAL


Bienvenid@s al primer programa de radio para pensar y discutir el sistema penal.

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Todos los Jueves de 21 a 23hs, por FM 88.7 de la Azotea, Mar del Plata, Argentina
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martes, 13 de julio de 2010

Editorial del Programa 12. Drogas y Sistema Penal



German Medina, vivía en una casilla sin baño, junto a sus siete hermanos y padres, los que subsistían en base a planes sociales.

En el año 2005 German fue atropellado por un camion cisterna, en un suceso que le arruinó una rodilla, pero que no le impidió seguir yendo al colegio, aún sin plata para el transporte y los útiles escolares.

A mediados de ese nefasto 2005, cuando German tenía 15 años, fue requisado por un policía mientras deambulaba por la vida, pateando las calles de Hurlingham.

Le encontraron dos porros de marihuana y lo detuvieron.

Lo sometieron a proceso penal.

Como era menor inimputable, y ante el dictamen de un psiquiatra, el juez le impuso una medida cautelar: debía recibir tratamiento psicológico en el Hospital de Hurlingham y someterse a un tratamiento en el CPA, el Centro de Prevención de las Adicciones.

Germán cumplió parcialmente el tratamiento y continuó yendo al colegio, pero un año después lo volvieron a encontrar aspirando poxiran en la calle.

Los padres pidieron que lo internaran en un establecimiento terapéutico cerrado, pero no había vacantes.

Lo internaron en el Instituto Manuel Rocca, en Floresta, un ámbito destinado a “Menores en conflicto con la ley penal”, aunque como alguien reflexionó, era la ley la que tenía un conflicto con el menor.

Dos semanas después, cuando sus padres fueron a verlo, constataron que tenía marcas de un palo de escoba y un moretón en el ojo.

A los 35 días lo sacaron y lo pusieron en un establecimiento terapéutico de puertas abiertas en San Vicente. Cuatro días después escapó y se fue a su casa. Lo volvieron a llevar a San Vicente.

En la navidad de 2006 se volvió a escapar, porque quería pasar la fiestas con su familia. El 28 de diciembre lo encerraron de nuevo en el Rocca, esta vez en una celda de aislamiento. El tratamiento psiquiátrico que se le debía brindar era una celda de 3x2, sin luz natural.

Germán, permaneció detenido porque algún perito social, copió y pegó en su informe la muletilla predeterminada indicando que su grupo familiar “no puede brindarle la contención y los parámetros delimitadores que necesita”.

Su padre, José Medina, había dicho en el proceso penal: “las condiciones de mi casa no son las mejores: tengo ocho hijos, estuve mucho tiempo sin trabajo, había que mandar a los chicos al comedor, les faltaban útiles”.

Se suponía entonces que esos parámetros de “contención y delimitación” que los funcionarios le reprochaban por su ausencia al núcleo familiar de Germán, se los debía proporcionar el Estado.

Sin embargo, el 11 de enero de 2007, Germán apareció muerto, ahorcado de la celda donde se encontraba alojado.

Nunca se supo si fue un homicidio o un suicidio, pero sí se supo que había sido violado en más de una oportunidad. El día siguiente, un diario porteño tituló: “Un chico fue preso por su adicción y terminó ahorcado en un calabozo”

En la visita del 10 de enero, un día antes de su muerte, Germán Medina entregó a su madre dos cartas, una para el padre y otra para ella: “Sé que me tuve que hacer cargo de todo, pero lo importante es que me comprendas. Sé que estuve muy mal de mi parte pero me hago cargo de todo. Siempre estuvimos juntos en todo momento. Con todo mi amor. Yo. Tu hijo. El más caprichoso”.

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